Sunday, July 1, 2007

Prejuicios

Flamenco. La verdad es que nunca había reparado en él, nunca me había atraído como tipo de música. Pero debo decir que es un arte, un arte capaz de conmover igual que cualquier otro. Puede hacer sentir en forma de movimiento, gesto, suspiro, sonrisa, lágrima y por supuesto palmada. Las palmas y los "olés" espontáneos que salen del corazón hacen que se trate de algo más que música. De algo mágico. Es algo con lo que quizás yo no me siento identificada en absoluto, porque no tengo "la gracia del sur", porque no me sale de dentro. Pero puedo compartir el sentimiento en un momento dado. Ahora mismo, por ejemplo. Sin darme cuenta, me estaba moviendo sola, al ritmo de una canción de Camarón. Yo que siempre he aborrecido estas canciones, por ignorancia... Una vez más, debo decir que todos cambiamos alguna vez de opinión. Porque alguien nos acerca a las cosas que desconocemos o porque las descubrimos mejor por nosotros mismos y nos damos cuenta de que teníamos una idea equivocada. Prejuicios. Son malos. Pero no tanto si tenemos una puerta abierta a una segunda oportunidad.