Rumbo a Barcelona. Rumbo al mar. Dejo por cuatro días mi nueva ciudad para sentir que todo sigue igual, para ver que aunque esté lejos nada cambia. Es una extraña necesidad que me obliga a tener siempre un billete de vuelta, mientras pueda... Catorce años de idas y venidas siguen sin dejar que mi coraza se vuelva del todo real, que sea fuerte sólo en apariencia. Catorce años dejando atrás muchas cosas y dándome cuenta que a veces pierdes y otras ganas. Que nunca se me va a quitar el miedo escénico, el nudo en el estómago cuando estoy en el avión. Cuando despego de un lugar que quiero, cuando desde el aire me abruman los buenos recuerdos. Aprendo a valorar lo que me rodea, aquí, allí y en todos lados. Aprendo a ver que aquellos que te quieren siguen ahí y que el mar no se mueve de sitio. Que voy creciendo, que llego a la vida adulta, que en esta vida todo cuenta y que con quien más tienes que aprender a contar es contigo mismo. Que “la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante” y que cada pequeña meta es un nuevo reto que te empuja al agua... Que cada canción tiene un momento y que cada vez que la escuches vas a volver a vivirlo. Que los pequeños momentos te hacen conocer, apreciar y querer a las personas... Que hay que saber hablar y callar. Que no todo se expresa con palabras pero que a veces hay que esforzarse por racionalizar con frases los sentimientos... Que la vida son encuentros. Que quiero que mi vida siga llena de idas y venidas.
Friday, September 21, 2007
Tuesday, September 18, 2007
Érase una vez... Verde
Oigo el "xucuxu" del tren y el resplandor de un atardecer despejado de nubes hace que la atención de mis ojos se vaya fuera de mis textos de filosofía. Miro por la ventana, segundo piso del tren. Una segunda clase verdaderamente confortable. Sólo veo verde. Verde esperanza, verde dosificador de estrés, que hace sentir que el ruido de este tren que no va a más de 90 km por hora para no contaminar parezca un dócil silbido... Tejados irregulares de casas de campo que se camuflan entre la maleza, caballos que muestran su crin al viento y que disfrutan, como yo, de un sol que se esconde... Las vacas son las reinas del paisaje, animal por excelencia... Ellas sí que comen sin parar (ni que se fueran a acabar los pastos...) aunque sin apenas moverse. Cada cierto tiempo se ve algún canal y también pequeñas zonas industriales... Pero la armonía no se pierde. Voy rumbo a Ámsterdam para hacer un trasbordo y llegar a Leiden hacia las 9 y media. El tren para en Weert. Irrumpe justo a tiempo en la ciudad, nada que ver con Maastricht, a no ser que los edificios cercanos a la estación sean excepción. Aunque las ventanas sean tan cuadradas que recuerden a las de hospital, al otro lado del tren el paisaje cambia, vuelven las casas de ladrillo estrecho con tejado gris y fachada blanca... Eso me hace ver que el cuento está vivo en todo el país. Vuelvo al verde. El sol cada vez brilla más, quizás para reafirmarse en su despedida, y me da una dosis de energía para seguir leyendo.
( Del 15/09/07 ... 19:21)
Saturday, September 15, 2007
(Im)puntualidad
Sin prisa van aquí las cosas y sin embargo la puntualidad es un sobreentendido. No he visto lugar en el que los autobuses lleguen con una precisión minuciosa, en el que todo esté tan organizado que te permite hacer cálculos y conseguir hacer todo lo que te propones en un día. La disciplina es un rasgo intrínseco de la cultura de Europa del Norte, pero una disciplina que no tiene porque significar frialdad sino que tiene como objetivo final facilitar la vida de los ciudadanos...Esa es otra de las cosas a las que no estoy acostumbrada en absoluto y de ahí uno de mis grandes defectos: la impuntualidad. O más que eso un retraso consciente, a menudo de 10 o 15 minutos, con la excusa de que es el llamado “quart d’heure de courtoisie”. Que aquí más bien sería de “impolitesse”. O sea, que llegar 10 minutos tarde en Holanda, no sólo supone un trastorno para el resto sino que además es de mala educación. Hay muchas reglas no escritas que se perciben con las actitudes de la gente. Que construyen, como si de pequeños ladrillos se tratara, el Estado de Bienestar en mayúsculas, al que no sólo se llega con decisiones políticas sino con verdadera ciudadanía.
Friday, September 14, 2007
Sin prisa
Se acabó el estrés por hoy. A falta de poder captar una imagen me paro aquí, en medio del puente de Sint-Servaas (Sint-Servaasbrug), e intento fotografiar con los ojos todo cuanto me rodea. Intento más bien pensar con los cinco sentidos. Oigo las campanadas de la Iglesia. Dan las seis. Me transporto a la época Medieval, probablemente hora de oración... Cambio el ruido de las motocicletas y el pedaleo de las bicis por coches de caballos, por el sonido rítmico de un mundo sin prisas. Donde todo transcurre con una suave melodía. Donde los jerseys de poliéster se convierten en vestidos de seda fina. Pero una moto de agua cruza el río. Rompe con el paisaje, con estas casas de fachada estrecha que trazan una línea irregular. Donde los comerciantes y artesanos se instalaban para mostrar y vender sus creaciones. Vuelvo a la realidad. A mi mundo de incesantes altibajos y de sueños. Pero aun así respiro aire puro, apago mi cigarro y vuelvo a casa. Sin prisa...
Wednesday, September 12, 2007
Equilibrio

Monday, September 3, 2007
Saltar es bueno si no se tropieza
*
*
*
*
*
*
*
*
Maastricht, Agosto de 2007
*
*
*
*
*
*
*
*
Salir de casa, cruzar el puente.. Escaleras, chaqueta abrochada. Brisa. Encuentro, cerveza. Canción, baile, conversación. Abrazo. Camisa. Bar, viaje, procedencia. Destino. Idioma, conexión. Lenguaje. Colonia. Cómplice, mirada. Fiesta, saltos.
-
-
Comida típica. Partido de fútbol. Different feelings. Crappy weather. Resfriado. It's raining. Music. Headphones. I walk. Llego a la universidad, miro por la ventana. Otro mundo. Otra estación. Salgo otra vez. Calor. Chaqueta en la mano. Paseo por Maastricht. La ciudad aun duerme; los lunes se despierta a las 12 de la mañana. Todas las tiendas cerradas. Pero aun así se respira vida, se respira aire puro y tranquilidad... No hay porque agobiarse, saltar es bueno si no se tropieza... ¡Y yo quiero volar!
Subscribe to:
Posts (Atom)