
Es duro encontrar el punto en el que te sientes satisfecho con todas tus acciones. Es difícil salir todas las noches y estar dispuesto a soportar una clase de dos horas en una lengua que no es la tuya. Es difícil filosofar cuando has dormido cuatro horas y la resaca te puede. Pero al mismo tiempo es una sensación de plenitud que te hace pensar que los días sólo tienen 24 horas y que hay que aprovecharlas al máximo, que no hay que desperdiciar ni un segundo. Por eso creo que el cansancio físico se compensa con un bienestar mental que no es habitual en mí. A pesar de estar saturada de tanta palabra nueva, frases enrevesadas (el derecho comunitario en inglés es lo que tiene...) y de un clima bastante incomprensible que a cualquiera le propina con un catarro... Es posible encontrar el equilibrio. ¡Viva la vida ERASMUS! ¡Vivan las fiestas de los martes por la noche! Y viva la Heineken.
1 comment:
Bueno, llevaba yo unos días diciendo: donde se habrá metido Moni que no hace ninguna entrada nueva... y ya veo que prefieres la Heineken antes q teclear... NORMAL! JAJAJA pasatelo bien y continua escribiendo.. que te sigo!! un besito!
Ro!
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